Itinerario gastronómico en Francia
Desde los manteles blancos de la haute cuisine parisina hasta los animados bouchons de Lyon, Francia nos ofrece un mundo de sabores. La gran variedad puede incluso ser un poco abrumadora a veces. Anímate a probar todo lo que te llame la atención, ¡seguro que te sorprenderá!
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Ciudades que se visitan en este viaje:
1. Burdeos
2. Bretaña y Normandía
3. París
4. Estrasburgo
5. Dijon
6. Lyon
7. Provenza
8. Toulouse
Para este itinerario recomendamos:
- Pase Interrail: Pase Francia
- Días de viaje: 8 días en el mismo mes
Burdeos
Si notas que se ha activado tu radar de vinos, es porque empezamos nuestro recorrido en Burdeos. Dondequiera que haya vino tinto en abundancia, no pueden faltar unos platos de carne igualmente apetecibles con los que maridarlo. Y Burdeos no es una excepción.
Qué comer: Entrecôte à la bordelaise. Si visitas Burdeos, este filete cubierto con una salsa de vino tinto, chalota y mantequilla es el maridaje perfecto para los vinos de la región, entre los que predominan los Cabernet Sauvignon y los Merlot. Si lo que te apetece es un plato sustancioso sin carne, las distintas recetas de cèpes, una seta local, te encantarán.
Consejo local: Una especialidad que encontrarás en toda Francia es el delicioso confit de canard, pato cocinado en su propio jugo. El suroeste de Francia es conocido como la cuna de este delicioso plato, así que no dejes de probarlo cuando visites Burdeos y sus alrededores.
Bretaña y Normandía
A medida que avances hacia el noroeste del país, encontrarás pintorescas ciudades y pueblos históricos cuya visión de la gastronomía reside en la sencillez. Repleta de ingredientes agrícolas de gran calidad y marisco de la región, el objetivo es ofrecer platos reconfortantes.
Qué comer: Galettes y crêpes. Todo el mundo sabe que puedes encontrar crêpes en cada esquina de París, pero si buscas el origen de estas finas tortitas tan versátiles, descubrirás que la región de Bretaña, amante del trigo, es el mejor lugar para probar innumerables variaciones de las galettes saladas hechas de harina de trigo sarraceno o de las crêpes dulces de harina de trigo. El noroeste de Francia también es un importante productor de lácteos. Como tal, encontrarás leche, mantequillas, cremas y quesos que enriquecen sus fabulosos platos. En Normandía, puedes probar el queso camembert en su tierra natal. Por último, la proximidad al mar permite disfrutar de impresionantes fruits de mer, platos de marisco fresco servidos fríos sobre una cama de hielo.
Consejo local: En Bretaña y Normandía, se cultiva una gran cantidad de manzanas, y eso se nota en la cocina. Muchas manzanas están destinadas a convertirse en bebidas como sidras y calvados, un brandy de manzana. Ambos suelen tener un papel importante en los guisos locales. Naturalmente, las manzanas también son la base de deliciosos pasteles y otros postres.
París
Para algunos es la ciudad de la luz, mientras que para otros es la ciudad del amor. Por su parte, los amantes de la gastronomía tienen cada uno su propia idea especial de lo que hace que París destaque. Esto se debe a que París tiene algo especial para cada persona. Hay brasseries y bistrots informales a la vuelta de la esquina de algunos de los mejores (y más caros) restaurantes del mundo. Cafés, panaderías y chocolaterías llenan las calles. A los parisinos les gusta mucho salir, así que, cuando visites París, sigue su ejemplo.
Qué comer: De todo. Elegir una sola cosa o incluso una selección de cosas para comer en París es prácticamente imposible. La oferta gastronómica es tan amplia que podríamos escribir otra guía completa solo sobre la comida en la capital francesa. París es una colisión de alta cocina tradicional, especialidades regionales de todo el país, influencias internacionales y técnicas modernas e innovadoras reservadas para los restaurantes más elegantes. Una recomendación sería evitar los favoritos regionales de este itinerario, sin importar lo tentadores que sean, para poder probarlos en su región de origen. Sin embargo, París es un lugar excelente para probar los favoritos nacionales, como el hachis parmentier, el croque monsieur, los macarons y la omnipresente baguette.
Consejos locales: Empieza cada día con un pastelito diferente de las panaderías locales. Las panaderías parisinas se pueden encontrar por todas partes y ofrecen infinitas variaciones de baguettes, croissants, pain au chocolat, éclairs y muchísimo más.
Las cenas en brasseries ofrecen un buen equilibrio entre la comida que puedes pedir y el precio que pagarás. Lo más probable es que tengas acceso a platos típicos parisinos como el steak frites o la sopa de cebolla. Dicho esto, no dejes que el precio te impida disfrutar de la experiencia completa en un restaurante parisino. Muchos establecimientos ofrecen una opción de menú prix-fixe, es decir, de precio cerrado, que te permitirá ajustarte a tu presupuesto sin perderte una cena en la ciudad entre las luminosas calles de París.
Estrasburgo
Junto a la frontera francoalemana se encuentra la región de Alsacia, una zona que históricamente ha cambiado bastante de manos, lo que ha dado lugar a una fusión especial de culturas que se nota en la arquitectura, el idioma y, por supuesto, la comida.
Qué comer: Flammekueche. A veces identificado como «pizza alsaciana», este pan plano está cubierto de crème fraîche, queso, cebolla y lardons. Hay distintas variaciones que incorporan otros ingredientes, como champiñones o queso Gruyère. Las personas con mucho apetito apreciarán el choucroute de influencia alemana, preparado con chucrut y una variedad de carnes y embutidos.
Consejos locales: Los pastelitos y tartas de las panaderías de Estrasburgo constituyen un desayuno excepcional para empezar el día con buen pie. También vale la pena probar la quiche de la región vecina de Lorraine, un tipo de tarta rellena de huevos, verduras o carnes. Si sientes una curiosidad especial por la quiche, te aconsejamos una escapada de un día a Metz para experimentarla de primera mano.
Mientras que, en gran parte de Francia, un buen vino es la bebida preferida para acompañar una comida, en Estrasburgo quedarás igual de bien si pides una de las cervezas locales. Si optas por el vino, el riesling y el gewürztraminer se encuentran entre los más populares.
Dijon
Dijon es la capital de Borgoña, otra legendaria región vinícola conocida por sus platos clásicos franceses. Haz un alto en el camino aquí cuando viajes hacia el sur, para probar la riqueza de la cocina casera rústica de Borgoña. No olvides probar también la mostaza de Dijon del mismo nombre.
Qué comer: Coq au vin. Un plato de fama internacional, el coq au vin, tiene sus raíces aquí, en Borgoña. Pollo cocido a fuego lento, verduras y vino tinto se unen en una combinación irresistible de la que no te cansarás. Si te gusta cómo suena, seguro que también te impresionará el bœuf bourguignon, que también se elabora con una técnica de estofado lento, pero utilizando carne de vacuno y otras verduras.
Consejo local: Si te atreves con todo, no hay lugar más delicioso que Borgoña para probar los escargots. Aunque a primera vista no te atraiga la idea de comer caracoles, la preparación tradicional con una mantequilla mezclada con ajo y perejil es una delicia celestial.
Lyon
Lyon, posiblemente una de las ciudades más gastronómicas de toda Francia, es especialmente famosa por sus bouchons, unos pequeños y animados restaurantes que sirven copiosos platos que antaño se servían a los trabajadores locales de la seda. Ha sido el hogar de muchos chefs famosos y no es difícil ver por qué.
Qué comer: Quenelle. Una bola de masa de pescado o carne nadando en una salsa cremosa, al estilo lionés. No puedes irte de Lyon sin probar este plato hábilmente preparado. En Lyon, también son aficionados a las salchichas y los embutidos, por lo que la andouillette y el saucisson también son opciones acertadas. La salade lyonnaise es una opción más ligera para no perderse parte de esta riqueza.
Consejo local: Date una vuelta por el mercado Les Halles de Lyon, donde encontrarás una amplia variedad de puestos que solo ofrecen los ingredientes más frescos. Es una visita imprescindible para todo entusiasta de la gastronomía.
Provenza
A medida que avances hacia el sur y te acerques a la costa mediterránea de Francia, empezarás a ver pequeños cambios en la cocina. Los ingredientes se iluminan un poco. La mantequilla se cambia por aceite de oliva. El pescado tiene un papel más destacado en contraste con el dominio de aves del resto del sur de Francia. Tan pronto como veas el mar, es una señal de que se acercan platos llenos de sabor. La cocina provenzal se puede encontrar en toda la región, así que elige dónde quieres alojarte en función de si prefieres el ambiente de la ciudad o mejor relajarte un poco en un pueblo o en una localidad costera turística.
Qué comer: Bouillabaisse. Una sopa de pescado con al menos cuatro tipos diferentes de pescado o marisco y un caldo coloreado con azafrán, este clásico de Marsella hará las delicias de tus papilas gustativas. Hay muchas dudas sobre si alguna vez hubo un consenso sobre los tipos de pescado que se pueden utilizar para preparar esta sopa, pero podéis debatirlo tomando una o dos copas de pastis, un licor de semillas de anís, mientras esperáis a que os la sirvan.
Consejo local: ¡Prueba las verduras! Haz que tu madre se sienta orgullosa y prueba la sabrosa ratatouille en Provenza. Este plato compuesto de berenjenas, calabacines, pimientos, tomates, cebollas, ajo y perejil es una delicia vegetariana.
Toulouse
La última parada de nuestro itinerario gastronómico francés es Toulouse, en el sur de Francia. Las aves de corral son las protagonistas en Toulouse y sus alrededores, en concreto el pato y la oca, con los que se elaboran platos ricos y emblemáticos como el foie gras y el confit de canard. En Toulouse, encontrarás el culmen de la comida reconfortante.
Qué comer: Cassoulet. Las judías blancas son uno de los pocos ingredientes que todo el mundo está de acuerdo en que deberían incluirse en el cassoulet perfecto. Aparte de eso y de la tradicional cazuela de barro que le da nombre, hay mucho que discutir. En Toulouse, el plato se enriquece principalmente con confit de pato y salchicha de Toulouse, pero se pueden encontrar otras variantes con carne de cerdo, oca o cordero. Para vivir la experiencia completa, visita todo el «cinturón del cassoulet» de Toulouse, Castelnaudary y Carcassonne y decide cuál es tu variante preferida.
Sugerencia local: Si necesitas saciar tus ganas de dulce, le fénétra, un apetitoso pastel de albaricoque, limón y almendra, es una solución muy típica de la zona y muy rica.
Empieza a soñar con tus aventuras gastronómicas
Podrías dedicar toda una vida a descubrir los grandes secretos culinarios de Europa, así que ahora es un buen momento para empezar a soñar. Consulta nuestro «itinerario gastronómico por excelencia», que hemos creado como una buena base para los amantes de la gastronomía. Como dicen en Francia, Bon appétit!
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